Hoy encontré unas acelgas en el refrigerador. Me parece que son de la misma familia de las espinacas, solo que los tallos son más gruesos y carnosos. Seguramente se preguntaran, que hacen unas acelgas ahí, pero en nuestra casa es común esta verdura porque se usa mucho en la cocina libanesa, para hacer “taquitos” rellenos de arroz, algunos otros guisados o para preparar una sopa de lentejas con acelgas. Bueno, como eran pocas hojas y un poco marchitas, decidí picarlas muy finitas y cocinarlas como una guarnición para cualquier tipo de carne.
Los ingredientes que use fueron los siguientes:
Acelgas guisadas
Un manojo de acelgas
1/3 de cebolla picado fino
1 diente de ajo
2 limones
¼ de barrita de mantequilla
Pimienta recién molida
Nuez moscada
Vino blanco
Puse a freír a fuego vivo la cebolla y el ajo en un sartén pequeño con la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva hasta que se pusieron transparentes. Después agregue las acelgas, unos 3 minutos, hasta que se pusieron bien verdes. Apagué toda la mezcla con un chorrito de vino blanco y el juego de dos limones, sazoné con la nuez moscada, sal y pimienta.
Quedaron muy ricas, quizá un poco agrias por el limón (quizá con uno hubiera sido suficiente). Las puse en un recipiente de plástico con tapa en el refrigerador para usarlas como guarnición en otro momento.
Hablando de cocina libanesa, también había unas sobras de salsa de ajonjolí que usamos para un pescado al horno que preparamos la semana pasada. Le sugerí a Nancy, mi esposa, que cuando sirviera las acelgas les pusiera un poco de esta salsa de ajonjolí encima para hacerlas diferentes y más sabrosas. Ya les platicaré como resultaron y por supuesto, como hicimos la salsa de ajonjolí.
miércoles, 13 de enero de 2010
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